Generalmente cuando queremos cumplir un objetivo, revisamos qué está fallando para arreglarlo, cerrar las brechas y de esta manera alcanzar el resultado. Esto se da en diferentes contextos, un ejemplo puede ser cuando en una organización tiene el objetivo de disminuir la rotación de personal; regularmente se hace una investigación de las razones por las que se están yendo los empleados para tomar acciones y que no sigan saliendo de la empresa.
Muchas veces en las empresas nos enfocamos en lo que falta, cuales son las debilidades que tienen las personas para que mejoren su rendimiento, y de esta manera buscar la manera de trabajarlas.
El análisis en debilidades, en brechas y falencia es necesario… Hay que conocer las causas. Sin embargo, trabajar desde acá puede ser costoso, limitante y quizás no alcancemos resultados poderosos.
¿Que tal si trabajamos partiendo desde la siguiente pregunta?: ¿Qué estamos haciendo bien y podemos potencializar para que la gente se quede dentro de la compañía?
En otro contexto, otro ejemplo es el enfoque clínico de la discapacidad. Casi siempre se ve la discapacidad como debilidades evidentes. El ciego es el que no puede ver, el sordo es el que no puede oír… Quizás cuando me ven y/o me oyen por primera vez, lo primero que piensan de mí es que, Daniel no puede hablar bien. El enfoque clínico de la discapacidad define la discapacidad como una enfermedad y debe ser tratada médicamente para eliminarla, hay que normalizar a “esa persona” quitándole y disminuyéndole las falencias que tiene.
Sin embargo, la discapacidad no es una enfermedad sino una condición, no hay una cura para quitarla. Aunque tengamos una debilidad evidente, también tenemos fortalezas y podemos participar en la sociedad como seres humanos que somos.
Por eso, la invitación es trabajar potenciando nuestras fortalezas y generar estrategias y posibilidades desde ahí.
Cuando era pequeño, tenía el sueño de aprender inglés y estudiar en un colegio bilingüe. Cuando mis padres consultaron a expertos sobre esta posibilidad, la primera conclusión que salió fue que, por mi discapacidad, no iba a poder aprender inglés ya que mi deficiencia motora genera limitaciones en el habla. Cómo en el primer ejemplo, se estaba viendo desde las limitaciones, desde las brechas.
Analizando el inglés, como cualquier idioma tiene 4 competencias: escritura, lectura, escucha y habla. Debido a mi debilidad se pronosticaba que no iba a poder hablar inglés, la misma debilidad que tengo con el español… Pero eso no quería decir que no iba a poder escuchar, leer y escribir. Que Daniel aprenda el 75% del idioma. Hoy puedo decir que hablo inglés y me gradué en un colegio bilingüe.
Tanto a nivel personal, como organizacional, es importante conocer nuestras limitaciones, debilidades y amenazas, pues hacen parte de nosotros; sin embargo, es importante trabajar desde nuestras posibilidades y fortalezas. Para las limitaciones existen apoyos.
Las organizaciones deben construir equipos conformados por personas diversas donde trabajan desde las fortalezas y compensan las debilidades que uno puede tener.
Hemos escuchado que muchas organizaciones han nacido cuando sus lideres ven una posibilidad donde muchos pueden decir que es una locura, y han tomado acciones utilizando y potenciando sus fortalezas para volverla realidad no solo cumplieron su objetivo sino la sobre pasaron.
Preguntémonos. ¿Que estamos haciendo bien, cuales son nuestras fortalezas y como podemos potenciarlas para lograr el objetivo? Focalicémonos en nuestras posibilidades y fortalezas para que crecer y lograr objetivos extraordinarios.
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