Cuando estaba terminando mi educación preescolar, mis padres tenían la tarea de buscar un colegio para que yo continuara mi educación. No parece ser sorpresa lo que encontraron, pues todos los colegios le dieron la misma respuesta sobre mi posible ingreso: “Nosotros no estamos preparados para recibir un estudiante con discapacidad.”

Muy probablemente en su momento, estas entidades educativas se negaron a iniciar un proceso inclusivo, pues la inclusión educativa genera muchos costos económicos, de tiempo y sociales.

Se deben adecuar los espacios para que todos puedan acceder. Los profesores deben gastar tiempo adicional haciendo las adecuaciones a estudiantes con discapacidad, probablemente deben contratar tutores que los ayuden entendiendo ciertos temas.

Se piensa (aunque se ha comprobado que es falso) que estos niños y jóvenes le bajan la calidad académica al curso y por lo tanto esto afecta a sus compañeros y en general a los resultados en las pruebas de estado de la institución.

Si pensamos en la inclusión laboral de personas con discapacidad, estos trabajadores pueden realizar sus labores mas lento que un trabajador sin discapacidad y pueden necesitar una asistencia psicosocial mayor que sus compañeros.

Por otro lado cabe aclarar que la inclusión educativa, laboral y social cubre a toda la población con integrantes diversos, no solamente a las personas con discapacidad. Muchas veces tenemos problemas y confrontaciones con nuestros compañeros por ideas y metodologías diferentes, la resolución de conflictos puede consumir mucho tiempo y recursos.

En conclusión, desde esta perspectiva, la inclusión es muy costosa pues son gastos por todos lados.

Nosotros estamos acostumbrados a ver nuestras debilidades, lo negativo y no nuestras fortalezas las cuales son nuestras armas más poderosas. Si cambiáramos la mirada y trabajáramos con las fortalezas de las personas en las organizaciones y en general en la sociedad, la diversidad cobraría valor importante.

¿Qué pasa si revisamos algunos beneficios de la inclusión?

Beneficios a nivel educativo

La mayoría de las veces en el colegio la víctima del matoneo es el estudiante que es diferente ya sea porque presenta alguna discapacidad, “el nerdo”, el que es de diferente raza… “El difícil”.

Si en un curso hay niños con diferentes credos religiosos, raza, condición y la diversidad es un valor esencial, no solo se disminuye el matoneo sino que además se cuenta con un escenario óptimo para que se dé la mejor enseñanza de valores como el respeto e igualdad social. En escenarios como estos, seguramente se generará un ambiente de cooperación donde los compañeros se ayudan los unos a los otros en los diversos desafíos de la vida escolar .

Beneficios a nivel corporativo

Steve Jobs dijo “ la innovación es lo que distingue al líder de los demás”.
Unos de los retos con mayor importancia en las organizaciones es la innovación. Para que una organización sea innovadora debe pensar diferente.

El papel de un líder es precisamente crear un sistema, utilizado las diferentes fortalezas de los miembros de su equipo de trabajo. Si todos los miembros cuentan con las mismas fortalezas, probablemente este sistema no será competitivo.

Una organización que cuenta con un equipo de trabajo diverso puede entender mejor el entorno desde distintas perspectivas y por lo tanto tiene más posibilidad de ser más creativa e innovadora.

Beneficio Social

La mayoría de las guerras en la historia han sido causadas por diferencias ideológicas y por exclusión social. En Colombia, muchos de los que acuden a la violencia son personas que han sido marginadas en nuestra sociedad y su única salida de sobrevivencia es la delincuencia. Por esto, una sociedad inclusiva tiene más seguridad, bajos índices de criminalidad , violencia, pobreza y mayor estabilidad económica y social.

Por otro lado, las sociedades que tienen un nivel alto de equidad social, también tienen una fuerte competitividad económica.

Legalmente, en Colombia se debe crear una sociedad inclusiva donde todos tengamos la mismas oportunidades de participación, los mismos derechos y deberes, pues el Estado colombiano ha ratificado la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU.

Pero más allá de la ley y los costos, vale la pena construir, invertir y avanzar en una sociedad inclusiva ya que genera grandes ganancias para todos.